17-MIS RECUERDOS DE SAN MILLÁN (1 parte)
Publico en tres partes un artículo que escribí para la revista Ya Es Nuestra sobre recuerdos del día de la Ascensión.
Atendiendo a la petición que me ha hecho mi buen amigo el competente abogado Pepe Molina, de que aporte algún artículo para esta revista, trataré de complacerle hilvanando los recuerdos que vengan a mi memoria de esta bella imagen y de la iglesia que la acoge.
Empezaré por decir que aunque ni yo ni nadie de mi familia hemos pertenecido nunca a una cofradía, reconozco que desde niño me ha gustado presenciar los desfiles procesionales, y como antes decíamos, los atajaba por los callejones para verlos de nuevo en otra calle ,o sea, los actos religiosos me han servido de distracción. También me gustaba visitar yo solo las iglesias y allí me recreaba admirando tanto la estructura del templo como los retablos y las imágenes.
Pero la iglesia que más frecuentaba era la de San Millán, no porque me llamara la atención su arquitectura, pues ya sabemos todos que hasta hace pocos años, era la más pobre de nuestras iglesias y la de menor atractivo artístico. Pero ahora tengo que decir que si antes este templo no ofrecía más aliciente que ser la sede de la imagen de la Virgen de la Soledad y la de Santa Lucía, ahora gracias a la fe, tesón y trabajo de un grupo de socios de la cofradía, la iglesia ha cambiado totalmente su aspecto y merece una visita para contemplar las capillas y partes nobles descubiertas y recuperadas por estos activos, desinteresados y desprendidos amantes de la Virgen; pues han limpiado la cal de la hornacina del altar mayor y la de la portada de la sacristía, han recuperado las capillas de Santa Lucía y la del Sagrado Corazón, han dejado el salón de reuniones en perfectas condiciones de uso, han construido los muros medianeros del corral, han hecho nuevo el chapitel del campanario, y han restaurado el cuarto para subir a la torre. Otra de las mejoras habidas en el templo es la pintura con escenas de San Millán, realizadas por el artista Manuel García Villacañas, y también se ha dotado a la iglesia de la imagen de santo titular, la cual ha sido confeccionada y donada por el vecino del barrio, Alejandro Yerpes Delgado, gran aficionado al arte.
Tengo que decir que el principal motivo por el que yo asistía a esa iglesia es porque era la de mi barrio y también porque era donde oía misa los domingos y los catequistas me adoctrinaban para hacer la primera comunión y conocer todo lo que el cristiano debe de saber y conocer de la religión católica.
Aparte de las misas dominicales y la catequesis, recuerdo que un año por Navidad, una tarde celebraron una misa muy solemne y después de la misma repartieron ropas y paquetes de comida a los niños más necesitados del barrio. Seguirá...
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