23-LA PUERTA Y CUESTA DEL LOSAL (y V parte)
Siguiendo con los vecinos que habitaron la Casa de las Manillas diré que recuerdo entre ellos a un señor que era Guarda Rural llamado José esposo de María “la Chilanca”, y sus hijos Francisco, Gabriela, Luis, José y Juan, estos se fueron a Elche. Otra excelente familia que moró allí fue Soledad Villar Molina, con sus hijos Gaspar, Juan, Antonio y Ramona Cano Villar, ésta casó con José Navidad Valera, y tuvieron a Josefina, Jerónimo, Soledad y Antonia. También marcharon a Elche. Otras inquilinas fueron las hermanas Águeda, Carmen e Isabel Martos Lucas, que se fueron a Barcelona. Vecina de esta casa fue Juana “la Realilla” casada con Miguel Alhambra Baena y sus hijos Antonio, Cristóbal, Dolores y Antoñita. También vivió Lorenzo Quesada, el del Horno de la Estrella, con su segunda mujer e hijas.
En la casa nº 16 era propia de María, apodada “la Faraona”, con sus hijos Juana, Francisco, Rosa, Rafaela y Mercedes. Esta la vendió al padre de Juan Sarmiento García esposo de Mariana Sánchez, que no tuvieron descendencia. Además había cinco vecinos más de los que recuerdo a un señor que era recovero apodado “Perchera” con su mujer y sus dos hijos. También vivía Antonio Muro Hidalgo, “el Chucho” con su esposa Rosa Murcia Navarrete y sus hijos María, Antonia, Juan y Antonio. Otros habitantes de esta casa fueron una señora viuda apodada “la Cimbelilla” con sus hijos Antonio Espósito Martínez “el Pájaro” y Lucía y ésta con su esposo y sus hijos Blas y Justo. Y finalmente Pedro Espósito esposo de Paquita Salido Muro “la Calicha” y sus hijos.
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Interesante casa con los símbolos religiosos Cruz Paté y Aspa de San Andrés en los modillones de su portada. |
El edificio nº 18, era de Nicolás López Raya y su esposa Ana María Muela Cabrera, padres del afamado poeta Alfonso López Muela y de Presenta, casada con el carpintero-ebanista Antonio Cazorla Mora, que marcharon a Madrid. Ana María además de ser una mujer muy formal y debía ser muy culta, pues siempre estaba leyendo. Además de los dueños también vivían el matrimonio compuesto de Ángel y Magdalena con sus hijos Eugenio y Ana María, esta familia marchó a Navarra. Otra familia la formaba Isabel Navarrete Jurado, su esposo “el Chorba” y sus hijos Luisa, Pepa, que marcharon a Valencia, y Simón a Madrid, donde trabajaba en el Metro. Otro vecino fue Antonio Alhambra Baena esposo de Dolores Campos y sus dos hijos Juan y Antonio. También vivió Benito con su esposa María Cabrera “la Conda” y sus dos hijas. Al marcharse María, ocupó la vivienda su sobrina Isabel Cabrera Sáez, mujer de Miguel Raez, y sus hijos Pablo, Agustín y María. Otra vecina fue Lola, que peinaba a domicilio, y su hijo Pedro. Los últimos propietarios de esta casa son Alfonso Padilla Ramos y su esposa Loli García Pedrosa, que hicieron una reconstrucción integral del edificio y viven junto con sus hijos Alfonso, Paco y Lucía.
La última casa era la de Gabriel Martínez García “Alpargate el Carbonero” y su esposa Margarita Barranco Delgado con sus hijos Gabriel, José y Mariana. Margarita es mi única hermana, pues sólo somos dos. Ella heredó las inquietudes de mi madre, pues le gustaba el trapicheo de comprar y vender. Marga para secundar a mi madre compró a Ana María Casas Lechuga las estanterías que esta señora tenía de un establecimiento que ésta tuvo en su casa de la calle Carolina. Con ellas montó una tienda de comestibles, bueno, comestibles, embutidos, mercería, droguería, tabaco, perfumería, algo de farmacia, alpargates, papelería, tebeos, petardos, carbón, candela, orujo, vino, pollos, conejos y todo lo que se ponía por delante, y si le preguntaban por algo que no tenía, lo iba buscar. Margarita fue la que tuvo el primer televisor de la zona y creó una especie de Tele-Club, pues dejaba que vinieran los niños del barrio a ver Bonanza, los payasos de la tele y otros programas a cambio de una peseta y de que trajeran su sillita. También fue pionera en eso de hacer garrafones y botellas de calimocho, llegando a concentrar en la zona del Arco del Losal a gran parte de la juventud ubetense. Y es que la pobre tenía tal energía y afán por ganar, que no se le ponía nada por delante. Además trataba a sus clientas con cariño, simpatía, amistad y les cantaba, les hacía bromas y contaba chistes. Otro don que tenía es que no sabía negarse a dar fiado a quien viera de sus conocidos que lo necesitaba. Ahora tiene 94 años y sufre mucho porque tiene todo su conocimiento y ya no puede moverse de la silla de ruedas. ¡¡Qué lástima de mi hermana, tanto luchar y ahora en quietud total!¡ Ahí van las fotos de su marido y de ella.
Juan Gabriel Barranco Delgado
Úbeda, Reino de Jaén a 18 de Febrero del año 2019
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