38-Mi agradecimiento a la VIRGEN del CARMEN


Esto lo publiqué en la revista del Carmen del año 2004.
Hace unos días me encontré a Rosarito Martínez Elvira y Antonio del Castillo Vico, polifacético e inquieto matrimonio, conocidos en nuestra ciudad por su desinteresada participación en múltiples facetas culturales. Después del saludo de rigor y corto intercambio de palabras, Rosarito me pidió que escribiera algo para esta revista. Yo les dije que un hombre tan poco religioso como yo no sabía qué escribir para este tipo de publicación, pero ella me insistió que pensara en ello y algo me surgiría. Seguidamente nos despedimos.
A partir de la despedida y para no defraudarla empecé a cavilar en cómo complacerla y en qué basaría mi escrito. Pero resulta que, al momento, me vino la idea, idea que no fue otra que hablar de la Virgen del Carmen. ¿Qué es lo que yo puedo decir de esta imagen? Pues lean y lo verán.
Aunque parezca mentira de muy pequeño me gustaba asistir a las iglesias cercanas a mi domicilio. Los domingos a la de San Millán, donde los jóvenes de Acción Católica nos daban a los niños lecciones de catecismo, y entre semana, acudía yo solito a las de San Pablo y San Miguel.
En la iglesia de San Pablo me encontraba muy a gusto. No sé si sería por su seria construcción y diversidad de capillas o bien porque ya en aquella tierna edad me gustaba el arte, el cual no llegué a valorar hasta que trabajé en el taller del recordado escultor Francisco Palma Burgos y vi el enorme trabajo que costaba realizar cualquier talla, altar, trono o figura.
En la iglesia de San Miguel, aunque su estilo arquitectónico era muy diferente, también me hallaba cómodo, pues me llamaba mucho la atención la imagen de la Virgen que presidía el altar mayor, con su cariñoso semblante y el niño con ese gesto tan natural que creía que en cualquier momento se iba a bajar del brazo de su madre.
Luego supe que esa imagen se llamaba Carmen, igual que mi madre, y aunque de mayor mi afición a las cosas de la iglesia fue decayendo, siempre recordé esa imagen con cariño, la prueba es que una de mis hijas se llama Carmen y una nieta también está bautizada con ese nombre. Y el taller que tengo en mi casa, donde paso las horas reparando cuanto en el hogar se estropea, también se halla presidido por una estampa de la Virgen del Carmen, la cual no sé ni cómo llegó a mis manos. Y en Barcelona viví en el Barrio del Carmelo
Pero no acaba aquí mi relación con esta venerada imagen, pues hay un suceso en mi vida que nunca olvidaré por haber sucedido precisamente el día de Nuestra Señora del Carmen.
Resulta que el 16 de Julio del año 1999, poco antes de que esta imagen saliera en procesión, fui víctima en mi establecimiento, de un atraco, en el que el atracador sin mediar casi palabra me asestó una puñalada con una navaja en el mismo lugar del corazón, pero con tal suerte que los doce centímetros del frío acero que el delincuente introdujo en mi pecho no tocaron el órgano vital, hecho este que el cirujano que me atendió consideró como un milagro.
Yo siempre creí que lo que eludió la hoja fue el hueso de la costilla. Otros más tendentes a creer en lo esotérico me decían que fue mi difunta madre la que hizo cambiar la trayectoria del arma. Y los más religiosos me decían que eso había sido por gracia de la Virgen del Carmen.
Fuese quien fuese, la verdad es que, aquel suceso, causó un gran revuelo en la ciudad y mucha gente se interesó por mi estado de salud. A todos ellos quiero agradecer de nuevo públicamente el interés y desvelo que demostraron. El primero fue Luis Godoy que, rápidamente, me trasladó en su coche al hospital, luego Pedro Sánchez que pidió en la misa que antecedía a la procesión de la Virgen, una oración a todos los que había en el templo para que yo tuviese un pronto restablecimiento. También a mis clientes, vecinos, amigos, familiares, medios informativos, policía nacional y a Marcelino Sánchez, Alcalde de la ciudad. Vaya para todos ellos mi mayor gratitud por sus buenas intenciones, y cómo no, también a la VIRGEN DEL CARMEN, a la que pido de corazón que me siga amparando como hasta ahora lo ha hecho.
Adjunto las siete estampas que más me han gustado de las 55 diferentes que poseo, pues por ello mi madre, una hija y una nieta se llaman así.













Juan Gabriel Barranco Delgado
Úbeda, Reino de Jaén a 16 de mayo del año 2019







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