51-RECORDANDO NUESTRO COMERCIO E INDUSTRIA (2ª parte)
Otro tipo de negocio eran las barberías, y de ellas encontrábamos la de Baltasar, que tenía su portal frente a los frailes; en el Paseo del Mercado, la de Nicolás Ortega, con sus balcones siempre rebosantes de macetas y flores; otra barbería era la de mi «maestro» José María Serrano Balboa, situado en la Rúa, y que actualmente la regenta su sobrino Francisco Moreno Serrano; y en la calle de la Cárcel la de Gabriel Copado. También hubo otra en el paseo de Francisco Campos «Perinolo».
A estos negocios los chiquillos solíamos ir siempre a regañadientes, pues solía haber muchos hombres que subían de los cortijos con bastante barba y que hablaban airadamente, es por ello que los chavales preferíamos pasar el rato de espera jugando en la calle.
Por ese motivo vean lo que le sucedió a un amigo: resulta que fue un día, y cansado de esperar se marchó. Esta acción la repitió varios días seguidos, hasta que un día fue entrar, el maestro le pasó la maquinilla desde la frente al cogote y entonces le dijo que esperara su vez. No cabe ninguna duda que con el surco en la cabeza, aquel día no se atrevió a irse.
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Un documento del Gremio de Barberos de Úbeda de 1919; |
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Dos reuniones del gremio de peluqueros donde se ve que los de esta profesión han estado siempre muy unidos |
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Mi barbero de siempre José María Serrano Balboa |
Un negocio al que los niños teníamos prohibida la entrada era las tabernas: de ellas estaba la de Pedro «El Manchego», al inicio de la Cuesta del Rosal; la de los Poveda, frente a la puerta de los Carpinteros de la iglesia de San Pablo; en la calle Obispo Cuevas estaba la de Manolo «el Colorao»; la de Angelillo, frente al antiguo Ayuntamiento; la de «Ahorcamonos» y la de Tomás Barella Sierra «Torreznero» en la Rúa; y la de Manuel Latorre Armijo «Piensa» en la calle de «el Bote». También en la Casa de los Salvajes, pisaba la uva y luego anunciaba la venta del vino con un ramo colgado encima de la puerta, de laurel, olivo o pámpanas, Tadeo Fernández Tallante, al cual le siguió Manuel Alaminos; en la calle Horno de San Pablo también pisaba la uva Ramón Tallante, el cual murió en su cantina al respirar los gases del mosto; y en la calle Sabanillas había un despacho de vino y vinagre propio de doña Juana Martos.
En la Plaza de la Aguardientería, una fábrica de harinas, y la compañía de electricidad Hidroeléctrica de la Loma «Hidro»; y en el Paseo del Mercado la de la S.A.D.E., actualmente Sevillana de Electricidad.
Al lado de estas oficinas estaba la droguería de Pepe Valenzuela, otra droguería había en la calle de la Cárcel propia de Aurora Sanmartín Romera. Junto a Aurora había una churrería y enfrente la carbonería de Gabriel Martínez García «Alpargate», al lado el estanco del mencionado Tadeo, el cual cuando desapareció la carbonería puso una funeraria.
En la calle Obispo Toral estaba la fábrica de muebles de Tito Molina, y en la calle Compañía una exposición de muebles propia de Alvarado.
También hubo las carpinterías de Ramón Martínez, el abuelo de Sabina, y su socio Francisco Ramírez Gómez «Canenero» y en el Paseo del Mercado la de Pedro Arias Herrador «El Peris», después pasaron a la calle «El Bote» y calle Matillas, respectivamente; la de Diego Cortés en la Cuesta del Rosal, luego cuando dejó el taller pusieron una funeraria; al lado estaba el taller de telas de somier de los Hermanos López y en la calle del Carmen, el taller de carpintería de la misma familia; frente a este taller Alfonso Ráez Garrido en sus horas libres laboraba en este oficio para sacar adelante a su numerosa familia; y en el antiguo Ayuntamiento estaban los carpinteros Luis Pérez y Francisco Hidalgo, actualmente en la calle Lorenzo Soto.
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Taller de carpintería de 1909 |
El más popular de los actuales carpinteros de Úbeda, Manolo Sánchez Orcera.
En la calle Sabanillas, había una fábrica de jabón y en la calle Obispo Cuevas otra de los mismo.
En la Plaza de Santa Lucía, un herrador de bestias y un esquilaor.
En el antiguo Hospital de los Viejos, la herrería de José Garrido «Tiznajo», y Julián Pozuelo Consuegra «El Maño», tenía otra situada en el Palacio de los Manuel.
En la calle Montiel había una fábrica de gaseosas propiedad de Francisco Martos Barón «Maltrota» y un mecánico de máquinas de coser; después en el mismo lugar un zapatero remendón; otro zapatero estaba junto a la taberna de los Poveda; y en la calle de la Cárcel, el taller del remendón “Callandico”.
En la calle Obispo Cuevas está la Central de Teléfonos, enfrente la fábrica de gaseosas «Los Cerros de Úbeda», y más arriba estaba la Fonda Cayola; en el Paseo del Mercado, la joyería de los hermanos Latorre López; en la Rúa, la funeraria de Soria, enfrente la tienda de electrodomésticos de Donoso; y al lado de éste el estanco de María Gallego. En los tiempos en que funcionaba este estanco, recuerdo que era muy frecuente entre dos personas el cambio de petaca, mechero o navaja, a la voz de «Tiras de...», y si en el cambio uno de ellos perdía —lo cual era lo más normal— éste no tenía derecho a reclamar.
Seguirá el jueves.
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