62-FERIA DE SAN MIGUEL


Esto fue publicado en 1975 en la Revista Gavellar, nº 22.



Ahora que se aproxima la feria de San Miguel voy a publicar lo que escribí viviendo en la gran ciudad de Barcelona en un momento de gran añoranza.
Una vez más, las noticias y el recuerdo de celebración de unas fiestas como son las de la feria, han vuelto a despertarme ese gusanillo medio dormido de la añoranza. Pues todas las fiestas, por motivos diferentes, tienen su «cosa» y por lo tanto dejan sus recuerdos. Recuerdos que a la larga se hacen añoranza y esa misma añoranza es la que te hace valorar en toda su extensión lo perdido.
No voy a enumerar ahora todo lo bueno que tiene la feria, o la romería de la Virgen, o la Semana Santa, el Corpus o la Ascensión, puesto que de todos es conocido, pero sí diré que hasta lo más insignificante de cada fiesta, como puede ser el purito americano de Semana Santa, el turrón o las marionetas de la feria, los alcaciles que servían en las tabernas el día de la Ascensión en la calle Valencia, aquellos ramillos de juncos que cogíamos de entre la hierba que alfombraba las calles el día del Corpus. Todo, todo, por muy poca cosa que sea, lejos de allá tienen su importancia. Claro está que, como nos diría cualquier propio de las tierras que nos dan cobijo, no sólo Úbeda tiene sus entrañables fiestas, y para que mis paisanos en otros lugares sepan las que aquí tenemos, para paliar la añoranza de las nuestras, voy, aunque no venga al caso, a enumerarlas muy brevemente.
En enero, ya recién empezado, tenemos la espectacular cabalgata de los Reyes Magos, para gozo de grandes y pequeños.
El 17 del mismo mes, la cabalgata de los Tres Tombs. Muy típica, y en la que participan todas las personas que aún tienen transporte de tracción animal vestidos de etiqueta hasta llegar al Ayuntamiento; también se suma a la fiesta todo aquel que desea llevar su animal doméstico.
El primer jueves de Cuaresma se celebra el día de la tortilla. La fiesta estriba en llevar un bocadillo de esto, y salir a algún paseo, parque o montaña a degustarlo. Más que nada, esto es una fiesta escolar, como también lo es la del "Miércoles de Ceniza, que le llaman el día de la sardina. Esta es un poco más pintoresca, ya que compran un arenque, y colgada de una varita, allá se encaminan con ella a donde puedan enterrarla y comerse alguna más que llevan para el efecto.
El 3 de marzo se celebra la romería a San Medín. Ermita que se encuentra en un hermoso paraje de la montaña del Tibidabo. Al caer la tarde desfilan todas las cofradías a caballo, coches de ídem, autocares y «jeeps», junto con la guardia municipal montada y varias bandas de música, por la calle Mayor de Gracia, y en cuyo recorrido llegan a tirar varias toneladas de caramelos. Es, desde luego, emocionante ver lo que allí disfruta el público cogiendo los caramelos que como proyectiles salen de las manos de los romeros y las mañas de que se valen algunos para coger más con cestos, bolsas y paraguas abiertos, etc. El distintivo de esta fiesta es un haba atravesada por un alfiler del que pende la medalla del santo.
El Domingo de Ramos es de gran brillantez, por celebrarse la fiesta de la palma. Pues todos los niños llevan a bendecir toda clase de palmas, que aquí suelen ser muy artísticas por la de figuras que sus hojas entretejidas forman y de las que penden innumerables figuritas de caramelo, que después de bendecir les hacen sus delicias. Estas suelen ser regaladas por las madrinas. Se da también el caso curioso de que mientras los niños van con una palma que apenas pueden con ella, los padres llevan unas que se meten en el ojal de la solapa.
El lunes de Resurrección. Se celebra el día de la mona o huevo pascual. Esto, que empezó por ser un huevo de chocolate, se ha transformado en infinidad de figuras que representa desde el huevo hasta un astronauta. Es golosina que todo buen padrino tiene la obligación de regalar a su ahijado.
El 23 de abril, día de San Jorge, patrón de Cataluña, que se venera en la capilla de la Diputación y en cuyo día está abierta al público junto con las demás piezas nobles del edificio. En el patio y alrededores se instalan puestos de rosas bendecidas que los enamorados compran, de una en una, para regalársela a su prometida. Y como este día coincide con la fiesta del libro, también se encuentran puestos de éstos por doquier, por lo que es muy corriente ver parejas: ella, con una rosa; él, con un libro. Es ésta una de las fiestas barcelonesas más bellas, típicas y enraizadas.
El 11 de mayo, festividad de San Poncio, feria típica de hierbas medicinales, miel y arrope en la calle del Hospital. El día del Corpus procesión, en la que se puede admirar la custodia, la silla de plata del rey Martín el Humano y la carroza de respeto que cierra el cortejo.
El día del Carmen, bonita procesión de toda clase de barcas engalanadas por el puerto, portando a la Virgen y saludando a su paso con sus sirenas los buques anclados en los muelles.
En San Juan, San Pedro y San Jaime, que es también Santiago. Grandes verbenas populares y particulares, con gran derroche de fuegos artificiales y hogueras, destacándose entre ellas la de San Juan, que se puede catalogar sin temor a equivocarse como la fiesta más grande de todo el año, donde después de toda la noche de baile y jarana se termina por irse a las playas y piscinas. En Santiago, la colonia gallega afincada aquí suele darse cita por medio de sus centros regionales, en la montaña de Vallvidrera, donde pasan el día con gran alborozo.
El 24 de septiembre, día de la Merced, Patrona de la Ciudad Condal. Con esta fecha da principio la feria de Barcelona, celebrándose grandes solemnidades religiosas, conciertos, manifestaciones deportivas, feria del libro de ocasión, etc. Desde luego, y a decir verdad, en Barcelona siempre es feria, ya que lo que se celebra en estas fiestas es un principio o continuación de lo que todo el año hay. Por eso es que tiene bien ganado el título de «Ciudad de Ferias y Congresos». También hay dos parques de atracciones que funcionan todo el año situado en Montjuic y el del Tibidabo. Además, las fiestas de los barrios donde, entre otras cosas, se baila al son de conjuntos en plena calle y en los entoldados actúan los más renombrados artistas del momento.
Desde el 8 al 24 de diciembre, en las plazas de la Catedral y la Sagrada Familia, feria de figuritas de belenes y demás adornos propios de estos días.
El 13 del mismo mes, festividad de Santa Lucía. Fiesta típica de los estudiantes y modistillas. Las Navidades también ofrecen una buena expectativa al ciudadano por la gran cantidad de calles engalanadas con iluminaciones especiales.
Además, todos los días festivos del año se bailan sardanas en las plazas de la Catedral y del Ayuntamiento. Y en la Real hay venta de sellos, monedas y billetes para los coleccionistas. Y para los amantes de los cromos, vitolas y otras cosas en el mercado de San Antonio.
Y varias cosas más que sería largo de enumerar y que hacen la delicia del visitante. Después de toda esta relación muchos dirán que como tenemos valor de acordarnos del pueblo que está cargado de monotonía. Y yo le contesto que al que así piense le invito a que se salga de allá por varios años y encontrará la explicación.
Juan Gabriel Barranco Delgado
Úbeda, Reino de Jaén a 22 de septiembre del año 2019.

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