64-LA FERIA DE ÚBEDA DE 1932 (1ª parte)

 Como estamos en feria, traigo a esta página un trabajo que fue publicado en el Programa de Feria del año 2008.

Si me he decidido a escribir sobre la feria de 1932 ha sido porque consultando los viejos números del semanario Vida Nueva referentes a la feria de Úbeda me he encontré con unos e




scritos algo alarmantes. El primero nada más empezar su autor nos dice: “Según parece este año no va haber feria y si la hay será de tan exigua importancia que más vale no darle este nombre”. El otro trabajo su autor comenta: “Cada año que pasa nuestra feria de San Miguel, que gozó de gran fama en la región, se empequeñece, ofrece menos atractivos, presenta síntomas inconfundibles de un ocaso pronunciado”. Intrigado por saber los motivos de esos nefastos comentarios seguí leyendo y pude ver que sus autores se refería a que la feria ya no era como las de antes debido a que con los nuevos medios de transporte, el público ya no esperaba a la feria para aprovisionarse de lo que le era menester, sino que cuando necesitaban algo venían a Úbeda, compraban y se marchaban en el mismo día.
Lo cual no sucedía así años atrás, pues la costumbre era que al llegar los forasteros a la ciudad montados en sus bestias se hospedasen en un hotel, fonda o pensión y en los dos o tres días que residían aquí, pasaban horas de esparcimiento, al par que se proveían de ganados, aperos de labranza, atalajes, enseres y demás utensilios.
Por ese motivo los comentaristas, se quejaban de que no había en la ciudad un lugar donde exponer todo cuanto en Úbeda de producía, lo cual no era poco en aquellos años, pues recordaban que además de lo de agrícola y comercial también contaba la ciudad con dos importantes industrias de fundición.
La industria textil producía enormes cantidades de capachos para el transporte de la aceituna, capachetas para el prensado de la misma, cuerdas, alfombras y otros productos del ramo que se distribuían por todo el país.
La manufactura del barro con casi un centenar de alfares vendía su vidriado a toda la provincia.
El ramo de la madera contaba con varias industrias de aserrar y otras tantas de fabricación de muebles.
También había bastantes talleres de forja donde se confeccionaban aperos de labor, rejas, puertas y demás utensilios propios de esa industria.
Otra manufactura de la ciudad era la lampistería, industria muy conocida por la fabricación de sus artísticos faroles y lámparas.
Y aunque no había, tal como dice el articulista, un lugar donde exponer todos esos productos de la industria y artesanía ubetense lo cierto es que la ciudad vendía bien todos estos productos.
En lo tocante a lo festivo, una vez leído el programa, no se puede decir que la feria de aquel año fuera tan birria como decían, pues como vamos a ver los actos festivos y culturales que se realizaron no le iban muy a la zaga a los de ahora.
En los nueves días que duró el festejo hubo los siguientes espectáculos: Gigantes y Cabezudos.
Cucañas y elevación de globos.
Guiñol de la Santa Borracha, anhelado por chicos y mayores.
Reparto de pan para los pobres.
Partidos de fútbol.
Cine público a diario en las plaza.
Exposición en el Ayuntamiento de los trabajos realizados por los alumnos de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos.
Gran baile de trajes regionales, con premios a las mejores parejas ataviadas.
Dos o más conciertos diarios de la Banda Municipal, donde el público podía bailar.
Otros atractivos de estos días era la Feria del Ganado, con premios a los mejores ejemplares.
Concurso de escaparates y balcones con premios a los mejor engalanados.
Fuegos artificiales en la Plaza Vázquez de Molina.
Hasta aquí los espectáculos que el Ayuntamiento puso al alcance de los menesterosos, y para los que podían pagar había estos otros:
Norias, carruseles y barracas.
Dos corridas de toros y una novillada con renombrados matadores.
Bailes en el Casino.
En tocante a espectáculos celebrados en nuestros coliseos vemos que en Ideal Cinema hubo varios conciertos de los Coros Socialistas de Madrid.
En el mismo teatro actuó varios días la compañía de comedias de Madrid de María Luisa Moneró y Rafael Mario Victorero.
En la reapertura del Teatro Principal actuó la compañía de comedias Cuevas-Balaguer.
Y en el Sindicato Agrícola se proyectó un buen repertorio de famosas películas del momento.
Aparte de la feria y siguiendo con la lectura de la prensa de aquellas fechas hallamos un escrito de don José Gallego Díaz, en el que, entre otras cosas, nos dice que en España hay ciento cincuenta y dos ciudades que tienen a San Miguel por patrón. Dato sorprendente que no conocíamos.

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